Andrógina
A lo lejos diviso una criatura de fisonomía más alta que lo común, clavículas trazadas como dos troncos pesados que sostienen el peso de aquel intrigante inframundo, de musculatura tonificada, de cuello bestial brotan gruesas venas frente a la exaltación, puede ser una bestia de carga o de pelea, de rasgo andrógino, mezcla de algo fuerte y duro, fino y sutil al mismo tiempo, una mezcla de ruda testosterona y elegante feminidad. Sus orejas son como el bebé que lleva encajado sin consentimiento, pequeñas y delicadas, pálidas, frías y delgadas que uno no sabe si cortarlas y chuparlas y luego freírlas y masticarlas bañadas en el espeso licor fulgurante rojo afrodisíaco ostigoso y dulce veneno que debe ser su sangre, orejas cortas y puntiagudas que aquel Ser decora con un diminuto diamante tallado a su carácter.
Los labios, fisura alargada de filosa determinación, desesperadamente delgados, incapaces de besar a nadie, boca que sirve solo para botar bocaradas grandes de humos tóxicos, así cómo algunas palabras y risas maliciosas y otras no tanto, labios color vino que emite órdenes y engendran la gula y el alcohol, provistos de una gótica eme en el centro, como la punta de dos montañas solitarias de altas torres filosas, como en las que se esconde cuando cae la noche. Labios innecesarios y crueles, caprichosos, determinados por un estricto rigor.
Sigue acercándose entre este callejón oscuro, ahora la puedo divisar con más detalle, esa quijada tosca y ancha refuerza su lado masculino, algo turbio, quijada de dos huesos de acero incrustados, repelente a las balas, indestructible como todo su ser, quijada que quiere desencajar hasta morderse la lengua frente al tedio de largas filas, alertando que todos morirán en cualquier segundo, su corazón es una granada a punto de explotar, un segundo más y todo se inquieta mientras ella se regocija en su inquietante quietud corporal, por dentro, no sabemos. Su corazón está cerrado para los sentimientos pero en su máxima capacidad para correr, más que cuando empuña la huesuda mano para soltar un golpe, más que las rocas solitarias en una playa abandonada, ni hombres ni mujeres han podido bucear tan abismante pozo, no ha existido buzo que soporte la presión de tan turbias aguas. Esta criatura es bastante peligrosa, y yo no puedo correr, la cerveza me da vueltas, esta criatura rompe las reglas de gravedad al estar sujeta y deslizándose simultáneamente, algunos la han visto volar, asusta con hacerte sangrar, ni siquiera puedes escapar, parpadeas y allí está, no vuelvas a parpadear. Todo iba bien esta noche, hasta que el mito urbano se hizo realidad.

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